La Conferencia General de Pesos y Medidas ha aprobado por unanimidad redefinir el kilogramo, así como el mol, el amperio y el kelvin.
La Conferencia General de Pesos y Medidas (CGPM), formada por más de 60 países se ha reunido en Versalles (Francia). Han decidido que el 20 de mayo de 2019 el kilo dejará de ser calculado a través del «Gran K», una pesa creada en el siglo XIX que hasta ahora era la base de todas las unidades de masa y que se ha quedado obsoleta para los avances de la ciencia y la tecnología. En su lugar, la constante de Planck hará que a partir del año que viene el kilogramo se vuelva cuántico, y lo pueda calcular desde un científico en su laboratorio de Berlín a un marciano en una duna de Marte.
Planck dijo: "Las constantes fundamentales ofrecen la posibilidad de establecer unidades de longitud, masa, tiempo y temperatura que son independientes de cuerpos o materiales físicos, y cuyo valor se mantiene para todos los tiempos y civilizaciones, incluso para extraterrestres y no humanos". Ahora, dos siglos después, por fin la humanidad atenderá a su legado y todas las unidades del Sistema Internacional de Unidades tendrán como base una constante fundamental, invariable, inmutable y universal. Y así lo han votado todos los representantes de los países presentes en la CGPM.
"Estamos ante la mayor revolución en la Metrología desde la Revolución Francesa", afirmaba antes de la votación Klaus von Klitzing, del Instituto Max Plack y Premio Nobel de Física en 1985. El físico recalcaba que estas nuevas definiciones servirían para acelerar el progreso humano hasta cotas insospechadas.
A la Oficina Internacional de Pesos y Medias aún le queda una asignatura pendiente: redefinir el segundo. «Ahora mismo su patrón son los ciclos de un átomo de cesio -medidos por relojes atómicos-. Pero los relojes ópticos son mucho más precisos, por lo que adoptarlos sería un salto exponencial para la ciencia y la tecnología», afirma Bernabé. «Pero como con el kilo, hasta no estar seguros, no se redefinirá el segundo. Y eso probablemente no ocurra al menos hasta 2030», vaticina. Contando con que la redefinición del kilogramo ha costado casi un siglo, se trata de una apuesta muy arriesgada.
Fuente: ABC, 16/11/18
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