Darío Gil es el nuevo director de investigación de IBM, que en enero presentó la primera computadora de uso comercial con esta tecnología. Fue a estudiar el último año de instituto a Los Altos High School, junto a Palo Alto, en California. Y ya no volvió.
En Estados Unidos se licenció en ingeniería eléctrica e hizo el doctorado en nanoestructuras en el MIT. Al acabar sus estudios, en 2003, entró en IBM. Hasta hoy que, con 43 años y solo desde enero, dirige la división de Investigación de IBM, con 3.000 científicos a su cargo.
El pasado mes de enero IBM presentó en Las Vegas el primer ordenador cuántico comercial. La computación cuántica es una de las grandes apuestas para el futuro de IBM. Pero su éxito es un misterio: "Tiene riesgo, pero desde el punto de vista teórico estamos en una fundación extremadamente sólida", dice Gil.
Un ordenador cuántico es una proeza de la ingeniería. Su corazón es uno de los lugares más fríos del universo. El espacio exterior está a 2,73 grados kelvin, el interior de un ordenador cuántico funciona sin errores solo a 0,01 grados kelvin, que son -273 grados celsius.
IBM no es obviamente la única compañía que tiene un departamento cuántico. Microsoft no tiene de momento hardware. Google promete que enseñará resultados, pero de momento nada. Es probable que la tecnología cuántica, como otras carreras tecnológicas, sea una donde las compañías se dan el relevo para ser las primeras. En China, por ejemplo, es una apuesta oficial pero con unos resultados que por ahora son un misterio.
Un ordenador cuántico será capaz de calcular exponencialmente mejor y permitir por tanto modelar materiales de un modo hasta hoy impensable: "Ahora si hay 50 electrones en una molécula que quieres diseñar, el número de cálculos que debes hacer con un ordenador convencional es del orden de 2 elevado a 50. Imagina que tienes más de 100 electrones (la cafeína tiene más de 70). Es imposible. Necesitas usar todos los átomos del planeta", dice Gil. En el mundo cuántico, no. "La idea de desarrollar materiales computacionalmente es un sueño desde que se inventaron los ordenadores", añade. El resultado: baterías eternas, fertilizantes perfectos. Todo creado por ordenador, no en laboratorio. La creación de materiales es solo una de las aplicaciones cuánticas. ¿Lo veremos? Quedan décadas.
Fuente: El País, 22/02/19
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